Si en el 2009 se nos abrieron los ojos a las nuevas rutas del lo-fi, a la ruidosa psicodelia electrónica, al hipercardiaco dubstep, al nuevo pop conceptual y etce(eeeeeeeeeeeeee)tera, el recién nacido 2010 de momento apunta por otros caminos. Segundos, terceros y enésimos albunes de consagración, continuismo y renovación de artistas que, con lo vertiginoso y saturado que ha sido el último año, ya suenan a viejo y dan miedo y pereza. Polvo de encima del que se tendrán que deshacer a golpe de ritmos. De momento ya lo ha hecho (inmejorables) Yeasayer, y con cuentagotas se avecinan M.I.A., MGMT, Panda Bear, No Age, Four Tet, The Klaxons, The Knife, CFCF, Joanna Newsom y Daft Punk entre otro largo etcétera del que hoy se nos a colado One life Stand el nuevo trabajo de Hot Chip.

Así, de repente, nos hemos chocado con diez nuevas canciones que son más juntas que por separado. Cristalizadas, más que ordenadas, conforman un disco de electropop inteligente, en el que parecen haberse olvidado de las guitarras y el desgarre de We are Made in the Dark(2008), pero no de la destreza de sus teclados y composiciones. One life Stand es un disco que no está destinado a ser un atracón de hits para pistas y festivales si no, aún más que antes, está hecho para el disfrute de todo su talento y su música. Del que por separado, tema a tema, va a ser seguro banda sonora de al menos la mitad del año el europop de I feel Better o Thieves in the Night, el scratch y el ácido luminoso de We have love y One life Stand, y cada uno de los conciertos, singles y remezclas sin los que (casi) no se me ocurre otra manera mejor de empezar los próximo diez años.